lunes, 26 de julio de 2010

Y ahí se encuentra ella...

Envuelta por un aura resplandeciente e increíblemente hermosa que rodea su cuerpo, subida en el pedestal más alto. Todos la miran desde abajo, la adoran y la admiran. Parece creer que sus palabras son la voz más sabia e impide que la coherencia la lleve a la contraria. Ella, creadora de eso a lo que hace llamar su universo, pero más conocida por su físico descomunal. Los hombres se quedan atónitos cada vez que les enseña cacho, y los plebeyos en un acto de máximo respeto y adoración le dirigen la palabra "zorra", que para ella, esa Diosa indiscutible, suena a halago. El brillo de su aura es capaz de persuadir a cualquier hijo de vecino digno, aunque realmente cualquier persona es poca cosa para ella... nuestra gran reina.
Y sí, eso es ella, una reina...pero simplemente otra reina más, de esas de traje de sastre color transparente. Otro ser humano que se siente Dios por estar rodeado de un aura finísima, que el día que se rompa dejará al descubierto a un ser insignificante que se creía grandioso detrás de su escudo público...

No hay comentarios:

Publicar un comentario