Son las 18:13. Hace un mes yo era un manojo de nervios. Había quedado con un chico al que hacía poco que conocía y que, sin yo saberlo, se convertiría en la persona más mona y a la que más quiero. Hace un mes, me acuerdo que estaba en mi habitación, de un lado a otro, con la música en el ordenador y mis pensamientos en todas partes. En media hora le vería y me parecería el chico más guapo que había visto nunca, una idea que aún no se me ha ido de la cabeza. Pasé una tarde increíble a su lado, sin parar de reír, peleando con las famosas patatas de la feria. Hasta que él me cogió de la mano. No puedo describir esa sensación, no sabría como hacerlo. Ese día era sábado. Ese día era 24 de septiembre. Ese día Fabián me hizo feliz. Y lo sigue haciendo. Espero que por mucho tiempo, ya que, con solo un mes, me ha hecho sentir que lo conozco desde siempre y me ha hecho sentir muchísimas cosas bonitas. Aún con nuestros piques, no lo cambio por nada. Lo único que cambiaría sería que viva tan lejos… Que si, se puede ir en bici de un lado a otro, pero no es lo mismo. Porque ahora mismo estaría abrazándole, que se que está “choff” e intentando animarle, algo que por ordenador, cuesta mucho.
Fabián, me cuesta ser una “puke rainbows” en persona y por escrito lo intento. Pero intentaré ser tan “pegajosa” como tú, a ver si puedo.
Recuerda: Te quiero muchísimo!
(Aunque no siempre te lo demuestre)
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