domingo, 9 de enero de 2011

Me sobran 30 segundos para decirte lo que quiero.

Hacemos difícil lo fácil y siempre cogemos el camino largo. ¿Pero sabes por qué? Por miedo. Puedo hacer las cosas más absurdas pero me tiemblan las piernas para invitar a dar un paseo al chico que me gusta, porque el día que lo haga y me diga que no, no podré seguir a ningún lado. Así llevo más de diez meses, buscando excusas para no decirle que lo quiero y no me doy cuenta que solo necesitaba una canción de tres minutos y medio para decirlo. Solo tres minutos y medio, me sobraría el estribillo. Ya he perdido algunos amigos y no sabría seguir sin ellos, pero tú no puedes perderme. Si escogemos el camino largo, será por algo y el no poder estar más de una semana sin saber nada el uno de otro, y el despertarme con tu nombre en la cabeza, y el querer despertarme a tu lado, y el girar la cabeza en cada cruce de cada calle, por si a caso apareces. Sea lo que sea, todo tiene un porqué y este porque, creo que es evidente.

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